Desde tiempos inmorales a Villa Isabela lo visita una
actividad anual que se ha vuelto clásica en este pueblo como en muchos otros,
una actividad de diversión para toda la familia creada desde la inteligencia y
creatividad de los hombres como manera de ofrecer diversión a cambio de una remuneración
económica. Esta actividad o grupo de mecanismos es conocido por muchos, y de
todas las edades, como las populares “sillitas”, un conjunto de fierros mecánicos
impulsados por motores de combustión interna, construidos de tal forma que recrean
o imitan las maquinas en las ferias mecánica, parque de diversiones y/o circos,
como se le conoce en estados unidos. Entre esto uno de los atractivos más
famoso es La Estrella de la Fortuna o como se conoce en Villa Isabela y demás pueblos
cercanos, La Sillita.
Todo isabelino tiene una historia en este lugar y si no la
tiene es porque en su casa le dijeron “no usted no va para allá”,
principalmente a la edad de niño o joven de temprana edad ya que en una
comunidad como esta donde los niños y jóvenes no tienen más opción de diversión
adaptada a esta edad hacen lo imposible con sus padres para poder visitar Las
Sillita.
Por otro lado no podemos calcular el tiempo en que esta
actividad recreativa comenzó a llegar a Villa Isabela, solo sabemos que es
bastante vieja ya que los padres de nuestros abuelos hablaban del tema según los
cuentos. Muchos desconfían de los “aparatos” por su tiempo de renombre, aunque
gracias a Dios primeramente y luego al buen mantenimiento de los encargados,
aun las sillitas no han salido rodando ni muchos menos se han presentado casos
fatales, solo unos que otros mareos y baños de vómito a los que esperan en las
filas por parte de los que dan vuelta.
Además, los pequeños y medianos también tienen derecho a
figurear es por eso que este pasado domingo 29 de junio nos dimos una vuelta
por las instalaciones captando a todos aquellos que disfrutaban del ambiente
abarrotado de personas de todas las edades, asi que “Échales Un Ojo” a las
fotos y recuerda un momento en tu vida en que dijiste “quiero ir para las
sillitas”.
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