Por: "El Chico Maxiss" (www.villaisabela.com)
En Villa Isabela se han destacado muchas personas, ya sea a
nivel político, público, artístico
religioso, profesionales de diferentes áreas, deportistas, comunitario,
entre otros.
Muchos han sido reconocidos por la sociedad pero, otros han
sido olvidados, más cuando se trata de hombres y mujeres humildes. Al ciudadano Andrés Rosa Gonzáles poca gente le conoce, pero
a Emilio le conocemos desde que laboraba para la Tienda Casa Raysa en la calle Rojas… la que era
propiedad de Ramírez Brito y Olga Almonte, fue el “técnico” que instalo la
antena a un Televisor Toshiba Blanco y Negro de la que aun conservamos la
mesita… hablamos de más de 30 anos.
Emilio nació el día 24 de mayo del 1963, ha vivido todo el
tiempo en la misma dirección justo a pocos metros del puente de La Llanada. Hijo de padres honrados y trabajadores, su padre falleció
hace un tiempo, pero le sobre vive su madre Luciana G. Emilio es todo un personaje en Villa Isabela, primero
Técnico Vendedor, luego reparador de Celulares, alguna vez se le observo con
más de 5 móviles encima.
Hace más de 20 anos ha trabajado como paramédico en el
hospital municipal, ante llamado policlínica, brindando su ayuda voluntaria e
incondicionalmente. A pesar de tener muchos números telefónicos, estos son muy
conocidos por las personas que acuden en su ayuda humanitaria y desinteresada. Emilio es como un canal para que muchos enfermos y heridos
tengan mejor atención cuando son trasladados hacia el hospital Cabral y Báez de
Santiago de los caballeros.
Además tiene la valentía de trabajar con los cadáveres, es
quien los asea en la mal llamada morgue del Hospital Municipal. El esta
mentalmente preparado para ver cuerpos en el peor estado en que nos podamos
imaginar. Labora también en la defensa civil desde que el fallecido
Bechen era jefe en la misma, a pesar de sus
labores, no recibe ningún sueldo ni colaboración de ninguna institución.
Es increíble como para sobrevivir este munícipe tiene que
buscársela en las noches como parqueador en el malecón seco, siempre con su
chaleco y en la mejor disposición de colaborar sin quizás recibir o percibir
los sueldos que despilfarran otros en las instituciones del estado... LEER MAS