LA REALIDAD DEL VIAJERO

Lamentablemente a veces las condiciones de nuestro país, comunidad o pueblo no nos ofrece las oportunidades que necesitamos o queremos, es por ello que muchas personas se trazan la idea de que saliendo de su tierra pueden encontrar un mejor futuro y mejores oportunidades en el extranjero, muchos llegan a encontrar lo que buscan pero por desgracia otros no pueden gozar de ello, claro está que para aquellos que logran llegar no lo hacen de la noche a la mañana sino con muchos esfuerzo, sacrificio y trabajo.

Esta emigración que se ha incrementado a partir de los dos últimos siglos ha alcanzado a ser una parte fuerte de nuestra economía de manera directa ya que esas personas que lograr alcanzar lo que quieren en otros países dejan familiares en sus tierras las cuales cuentan y necesitan el apoyo económico vía remesas de sus allegados emigrantes.

Como el dominicano es tremendamente entregado a su familia y de por si está amarrado a su lugar de origen son pocos los que dicen “yo me voy y no vuelvo”, es por esto que la gran mayoría de personas “que están pa’ afuera” se esfuerzan en trabajar duro el año entero para reunir el dinero necesario para pasarse junto a su familia y amigos unas navidades, una semana santa, un verano, o cualquier época que en la que se pueda venir a estar junto con los suyos y disfrutar. No hay nada más conmovedor que ver a una madre o padre saludando a su hijo quien tenia un largo tiempo lejos de ellos, las lágrimas llegan a correr como arroyo, pero de igual forma muchos no soportan una despedida al momento de abordar el avión o al momento de dejar su casa en su pueblo natal ya que como dicen “para venir hay que irse”, todo en busca de mejor calidad de vida y mejor futuro.

Por otro lado es de conocimiento general que cada vez que un dominicano ausente se presenta o viene a su país no se quiere ir, la diversión, la falta de cumplimiento de leyes, las buenas relaciones, en si la cultura de sus compueblanos dominicanos lo amarran psicológicamente de tal forma que algunos con su vuelo de ida comprado lo cambian una y otra ves para atrasar su lejanía de estas tierras de oro, y dígase de aquellos que se ponen feliz hasta el tope cuando le cancelan la salida del avión por un mal tiempo o algo parecido, las sonrisa les llega de oreja a oreja luego de una tristeza enorme.

Pero peor aun son las despedidas en donde un viaje interviene el amor que existe entre dos personas se quieren o se aman.

“Bueno habemos muchas personas que nos sentimos tristes al dejar nuestro país y a nuestra gente incluso hay que dejan sus bienes atrás y donde uno emigra se pasa mucho trabajo” nos dice Damaris Liriano; “Cuando uno llega a su país se siente bien yo particularmente me siento bien cuando veo a mi gente al llegar a mi país” exclamó.

Es bueno buscar un futuro bueno para los hijos y para uno mismo, aquellos que no pueden estar en su país luchen por lo que quieren y esfuércense lo más que puedan por lograr sus metas ya que parte del progreso de nuestro país descansa en sus hombros pero lo que nunca deben olvidar es que aquí nacieron y aquí se hicieron, este será siempre su patio.