Para terminar el dÃa y quitarse la sal de encima faltaba un rÃo y cual mejor que “la noria”. Los muchachos dicen que la pasaron mejor en “la noria” que en la playa. Luego de un buen rato de disfrutar el agua dulce y fresca, apareció un cardero de arroz, que el Ing. Jansel no supo de donde, la cual duro pocos minutos de vida luego que se supiera de su existencia.
Los muchachos exhortaban que le gusto su estadÃa por “La Isa” y esperamos que se repita su visita no una si no unas cuantas veces más y para la próxima será mucho mejor. Gracias por elegirnos, EL Bonche Isabelino les da las gracias.